A partir de los 45 años, las mujeres comenzamos a experimentar cambios hormonales normales previo a la llegada de la menopausia. Es en esta etapa cuando más queremos sentirnos activas y seguras, las medidas que tomemos para cuidar nuestra salud serán claves para lograrlo.

La función del colágeno

El colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo y uno de los componentes esenciales en diferentes órganos. Su función principal es la de mantener unidas las estructuras en las que se encuentra presente, actuando como un elemento de sostén en los diferentes tejidos conectivos. Entre ellos, los tejidos de la articulación (cartílagos, ligamentos y tendones), huesos y piel.

Desde los 35 años aproximadamente, la tasa de recambio de colágeno en el cuerpo se hace más lenta, esto contribuye a la fragilidad ósea entre otras cosas.

El consumo de colágeno hidrolizado como complemento a tu alimentación es una buena estrategia para apoyar la formación ósea, ayudando a mantener la estructura de la articulación, devolviendo la firmeza y flexibilidad, promoviendo además la mineralización ósea y por lo tanto mejorando su resistencia.

Además, el consumo de colágeno otorga beneficios a la piel, restableciendo tonicidad, mejorando su hidratación y elasticidad, reduciendo arrugas y combatiendo el envejecimiento dérmico.

Ahora, ¿cómo elegir un buen colágeno?

Lo más importante es que el cuerpo pueda absorber el colágeno que se está tomando, y para lograr esto debemos usar tecnología para “achicar” su molécula. Estos son los llamados “gelatina hidrolizada”, “hidrolizado de colágeno”, “colágeno hidrolizado” o “péptidos de colágeno”.

Estas preparaciones de colágeno entregan pesos moleculares distintos dado sus procesos tecnológicos y hay que buscar el que garantice el peso molecular más bajo, ya que hay consenso en la comunidad científica que un menor peso molecular de la proteína de colágeno favorece su solubilidad, lo que tiene una relación directa con su capacidad de absorción.

Calcio, Magnesio, Vitamina D y Vitamina K2

Elegir un colágeno que además aporte vitaminas y minerales es clave para la nutrición ósea. Tanto el Calcio, Magnesio y Vitamina D apoyan el debilitamiento de los huesos, pérdida de densidad ósea y/o pérdida mineral.

La Vitamina D3, participa en la absorción de calcio, tiene propiedades inmunitarias y antienvejecimiento.

La Vitamina K2, orienta el calcio directamente al metabolismo óseo favoreciendo la mineralización del hueso

La Vitamina C, contribuye a la formación de colágeno en distintos tejidos, incluyendo: la piel, articulaciones y tejido óseo. Además, aporta un alto poder antioxidante